DOLO
En el pozo sin fondo de su indiferencia se hunde mi amor
y eso que siempre lo tuvo a flote, levitando en adrenalina.
Las sensaciones de vacío cada vez son más fuertes
y el terrible suspenso no aclara mi mente.
La misma estela que lo trajo se lo está llevando, las melodías del arpa se convierten en ruido
y las caricias en arañazos.
El fantasma de mis deseos viaja cada mañana a su encuentro,
le acaricia el pelo y le da un beso en los labios,
pero han desaparecido de su cuerpo las ganas
y de su corazón esa incandescente llama
que lo hacía no despegarse de mí,
que lo anclaba a mi boca hasta quedarse dormido, que lo doblegaba a abrazarme aunque no doblara los brazos,
que lo inducía a extrañarme aunque estuviera a su lado, y que lo llevó a decir que nunca, nunca había amado así…