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UN AVATAR EN SILENCIO


Empezó siendo admirado. Un caballero de ávidos ojos, amplia sonrisa y picardía que pulían su esplendor. Acababa de nacer con un poco menos de cuatro kilos, perdió todo el pelo en el útero de su madre a la que casi le quita la vida por retrasar su salida. No sé si era porque no quería enfrentarse a la realidad que le esperaría más tarde.

Generaba luz, mucha luz. De hecho, era como un bombillo porque su cráneo era redondo y su cuerpo muy delgado. Su edad ósea estaba tres años por debajo de su edad biológica, le detectaron retardo del crecimiento. Eran años duros, su madre lo tuvo en contra de la sociedad. Hubo amigas que le recomendaron el aborto para evitar los problemas económicos que traería dar la bienvenida a uno más…

Sin embargo, contra todo pronóstico el bordón fue creciendo como un líder carismático, casi autocrático porque también tenía momentos de egoísmo. Y es que desde bien pequeño él supo quién era y quién quería ser. Un líder político, una figura relevante que ayudara acabar con el desequilibrio. Un avatar.

Ese liderazgo natural era hereditario. Sus padres fueron grandes personas influyentes donde quiera que iban, aunque sin sacar más provecho que el confort que sentían durante el juego social de servir de guía a otros. Lo inspiraron en el idealismo y en el amor por solventar los problemas humanos con honestidad.

Sin embargo, como su madre había esquivado los grandes golpes que esa idealización le hace a los grandes líderes, lo persuadió para que no se metiera en un mundo destructor donde iba a sufrir porque, al fin y al cabo un líder sin dinero es como vaho en el espejo. Así que a los 16 entraba a una de las universidades con más prestigio del país y por dobles méritos y cinco años después ejercería en las finanzas.

Comenzó pisando fuerte en una empresa conocida y llegó a ser la mano derecha de los propietarios. Hizo una reingeniería de procesos que le llevó a duplicar la productividad. Su espíritu gregario hizo que se implicara activamente en el trabajo, demostrando con el ejemplo cómo ser mejores empleados, por ello, se ganó la admiración y el respeto de sus subordinados. A los 21 tenía guardaespaldas y manejaba un presupuesto importante, bajo la atenta mirada de los de guante blanco, aquellos a los que les estaba tocando sus intereses.

De pronto, se vio con dinero, pero sobre todo con poder. Un poder demasiado grande para él con tan corta edad, pero con el que se sentía cómodo porque había sido educado con la ideología más pura: la honestidad.

Aquellos de guante blanco esperaban paciente que ese niño superdotado diera un paso en falso y como no lo daba, lo dejaron caer. Tejieron una trama propia de una mafia italiana. Lo sedujeron y atacaron por donde más vulnerable era: por el corazón y así un innombrable ángel caído acabaría con su hegemonía.

Pasó por la oscuridad más tenebrosa, adquirió manías persecutorias y sucumbió. Aunque lo hizo por la puerta grande, sin haber ensuciado sus valores ni malogrado su honor. Pero se retiró en silencio, con una herida en el corazón que tardaría en sanar.

Al tiempo que comenzaba su ocaso, su padre enfermó gravemente, así que él recogió su corazón herido, su cuerpo cansado y se refugió en la obra más maravillosa que jamás se imaginó hacer: cuidar a su padre. Dedicó cada día durante mucho tiempo a atenderlo, a él, su gran maestro, su compañero, su mano derecha, izquierda y pies…su todo…

Poco tiempo después de morir su padre, murió su madre. Su cómplice, una de sus mejores amigas, pero también su ancla. Quien le había estado frenando su identidad para protegerlo hasta el punto de maniatarlo y anular su esencia.

Su corazón maltrecho y encogido reconoció a un joven haz de luz y lo absorbió haciéndolo más fuerte. Ese haz de luz se convirtió en el centro de sus motivaciones, una extensión de él mismo que encaja a la perfección con su plan insatisfecho de querer cambiar el mundo.

Ahora su lucha se centraba en impulsar a sus hermanos, una obra maestra que había que terminar porque entre los problemas existenciales de cada quien y la situación precaria en un país en declive y, sobre todo, por los valores de unión inculcados por sus padres, les impendían que iniciaran un camino individual antes de superar la crisis que los tenía en zozobra.

Como en el viaje del héroe, asumió su responsabilidad y ahora medita la próxima etapa. La de la reivindicación por fin de su libertad bajo la atenta mirada de quienes más lo aman y esperan de él una obra importante.

En esta nueva etapa ya no será un avatar en silencio porque se prepara para un cambio físico y mental. Cocina en su alma brillante una gran sorpresa que dejará una huella indeleble y que implicará a sus seguidores. Con ese perfil de activista político y un gran carácter orador, piensa comenzar la difusión de lo que lleva años denunciando entre las sombras, hechos catastróficos que suceden en el lugar de sus raíces.

Es el momento de que este avatar en silencio, por fin proyecte toda su luz para cegar la oscuridad en la que ve inmersa a la humanidad.

Continuará…

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