TODOS PODEMOS SER HÉROES
Solemos admirar los poderes sobrenaturales de personajes creados por la fantasía porque los vemos únicos. Gran parte de esa admiración sucede por la falta de convicción de que podemos hacer lo mismo.
En la sociedad, existen héroes conocidos y anónimos, personas que han hecho cosas increíbles, únicas. Seguimos sus enseñanzas, adoramos su imagen y veneramos cualquier sonido que produzcan, pero lo que no sabemos es que ¡TODOS SOMOS SUPERHÉROES! o, al menos, podemos serlo.
Si bien es cierto que la genética juega un papel importante en la fuerza física, la resistencia, velocidad, belleza, en los niveles hormonales que nos hacen ser más positivos o depresivos; también es cierto que la voluntad es la magia que consigue pasar por alto la biología de las deficiencias para evolucionar.
Esta fuerza de voluntad que llama a la frase “querer es poder”, está demostrada en atletas que corren pese a no tener piernas, que nadan aún sin brazos, que triunfan a pesar de sus limitaciones físicas…pero son atletas, significa que se han preparado para serlo, por tanto, debemos prepararnos, debemos entrenarnos para ser superhéroes.
La desidia, es la criptonita del SúperSerHumano es la enemiga de la constancia. El abandono, la falta de hábito, el desinterés…son las causas del fracaso y todo ello se origina por la falta de amor, porque el amor es la gasolina del alma y es por lo que podemos activar las capacidades más recónditas que tenemos.
Amarnos a nosotros mismos, a nuestros seres queridos y, cuando somos conscientes de nuestra responsabilidad como seres humanos, entonces, amar a nuestros semejantes. Esto es lo que nos hace ser héroes, es nuestro gen mutante.
Un ser egoísta es capaz de opacar su gran poder. Un ser ignorante lo atrofia y un ser egocéntrico lo explota. Solo el ser consciente de sus grandes cualidades lo usa, lo expande ayudando a otros a descubrir el suyo y respetando el proceso individual de comprensión.
Desconocemos lo poderosos que podemos ser diciendo la frase justa en el momento más apropiado y, otras veces, no diciendo nada. Estar alertas a los signos que ameriten nuestra intervención y actuar con efectividad. Desconocemos el desastre que se desencadena por culpa de la no actuación, momentos de emergencia que necesitan ser atendidos y, que por falsa cautela, dejamos pasar.
No sé hasta qué punto la atención desmedida se vuelve manía, quizá pecamos de perseverancia en momentos en los que deberíamos respirar; pero lo que si sé es que más vale prevenir que lamentar, a nadie le gustaría ser partícipe de otro holocausto, donde, quienes debieron estar alertas, giraron la cabeza hacia otra parte.
Es justo seguir pensando que la evolución no se consigue en grupo, si no individualmente, pero también es justo pensar que quien ha visto la luz fuera de la caverna quiera hacerle ver ese gran hallazgo al resto, pero no solo con palabras, sino también con acciones.
Esas acciones serán las que van a demostrar lo poderosos que somos y ese poder está al alcance de todos, basta con saber que está para poder usarlo como grandes superhéroes.